Los retratos hablados son una de las herramientas más útiles de los policías para dar con el paradero del responsable de un acto delictivo.
Y es que pegar un cartel con la cara del criminal tiene un efecto increíble ya que, por un lado, puede alertar a la ciudadanía sobre la presencia de delincuentes y, por el otro, ahorrar recursos en la búsqueda de culpables.
Lamentablemente, muchas veces los retratos policiales no son elaborados con el profesionalismo que deberían, y más que ayudar a dar con el paradero del criminal terminan siendo una vergüenza para quienes los ven, obviamente dificultando su captura, tal como los que a continuación estás a punto de ver.