Cuenta la leyenda que en sus idas y venidas por el ciberespacio, y aprovechando las nuevas tecnologías, Cupido ha encontrado un terreno fértil dónde lanzar sus flechas, uniendo a conocidos y desconocidos en flamantes parejas virtuales que destilan fotos de distancias y añoranzas.
Pero también están las otras historias, la contracara donde alguna flecha salió torcida y estos cibernavegantes terminaron por hacer el ridículo cuando buscaban enamorar.