El mundo sería un paraíso: todos nos comportaríamos como hermanos, nos tomaríamos de las manos y caminaríamos por prados llenos de flores; conviviríamos con leones, tigres y cocodrilos; la guerra terminaría y el hambre se extinguiría… Si tan solo dejaran de existir personas como las siguientes, las cuales con su sola presencia hacen a todos infelices y nos ponen de mal humor.