Tras un mal día o una semana estresante ir de compras resulta una experiencia relajante y divertida; conseguir un nuevo par de zapatos o un vestido en rebaja fácilmente puede hacer sentir un poco mejor a las personas.
Lamentablemente, los niños no entienden que las compras pueden funcionar como una terapia, y en la mayoría de los casos van al centro comercial en contra de su voluntad, razón que los encamina a hacer travesuras para quitar un poco el aburrimiento. Las siguientes imágenes describen perfectamente de lo que estamos hablando.