Además del molesto comentario: “deberías ser modelo”, o la nefasta pregunta: “¿por qué no juegas en un equipo de baloncesto?”, hay muchas situaciones verdaderamente incómodas que solo comprenden las personas que miden más de 170 centímetros. ¡Ser alto es genial, pero no puedes evitar sentirte observado todo el tiempo!
Contrario a lo que pareciera el físico ideal, la verdad es que hay momentos en que las personas altas también se desesperan y desean con todas sus fuerzas compartir un poco de su altura con los chaparritos. ¡Estas son las torturas a las que se enfrentan día con día! Más de uno cambiaría un par de centímetros por un poco de normalidad en este mundo diseñado para gente de tamaño promedio.