Nadie puede negar que la sensación de saberse distinto al resto, rebelde, opuesto a lo que dictan las reglas convencionales en una sociedad cuadrada… es, simplemente, satisfactoria.
Sin embargo, hay ciertos seudolistillos que exageran con su creatividad forzada y terminan envueltos en líos y situaciones ridículas que solo reflejan su nivel de estupidez. Ellos fueron más allá de la originalidad y terminaron humillándose gracias a sus ocurrencias, ¿se sentirán orgullosos de ello? Seguro que más de uno cree que ahora es una persona mucho más interesante… ¡dan pena ajena!