Ser padre no es cosa fácil, requiere mucho esfuerzo, energía y PACIENCIA -mucha, mucha paciencia-, pero lo importante es tomar las cosas con calma, con humor, no dejar de reírte de ti mismo y cada vez que estás a punto de perder la calma, recuérdate: todo podría estar peor.
Eso es algo que TODOS los padres de TODO el mundo han aprendido con el tiempo, no es fácil aceptar que no puedes tener el control cuando se trata de niños pero, como yo lo veo, hay de dos sopas: o te amargas y te quejas porque no tienes el control, o te diviertes y lo tuiteas desahogando un poco tu frustración.