Aceptémoslo, ninguna familia es perfecta. Y es que aunque sabemos que cada uno de los miembros que la integran son muy distintos entre sí, hay quienes definitivamente son el prietito en el arroz.
¿Eres tú la oveja negra de la familia?
No te preocupes, ser diferente al resto de la manada no es tan malo como parece, de hecho puede brindarte un montón de anécdotas graciosas para recordar. ¿Te identificas con alguno de estos momentos de rebeldía?