Todas las cosas tienen determinada vida útil, y muchas veces cuando algo se echa a perder se nos hace fácil arreglarlo y no vemos la necesidad de ir con un profesional que lo repare… ¿para qué pagar por algo que podemos hacer nosotros?
La realidad es que estos “arreglitos” hechos por nosotros mismos muchas veces pueden funcionar, otras no tanto y otras más sólo terminan siendo desastrosos, pero cuando el nivel de desastre es tan grande no puedes evitar reírte de la manera en la que algunas personas deciden “solucionar” ciertos desperfectos.
A continuación te presentamos algunos ejemplos que hacen que nos impresionemos por el nivel de creatividad e ingenio que tuvieron estas personas; seguro recordarás alguna “reparación exprés” que haz hecho.