Si eres padre estarás de acuerdo en que dos milésimas de segundo lo pueden cambiar todo cuando dejas de vigilar a tus hijos, nadie sabe cómo lo hacen, pero se las ingenian para destruir toda la casa en tiempo récord: pintan las paredes, maquillan al perro o hacen realidad tu peor pesadilla, se cortan ellos mismo el cabello.
¿Qué pasa después de cometer la fechoría? En el peor de los casos y solo si el problema es grave, raparlos es la mejor opción o intentar un algún corte moderno para disimular ese vacío capilar. La otra opción es aceptar la travesura, reírse un rato y tomar una foto para el recuerdo.