La emblemática muñeca que fue parte de la infancia de tantas niñas ha tenido transformaciones a lo largo del tiempo, tanto conceptuales como físicos, ya sea porque la belleza exterior en la que se basaba su diseño ha cambiado desde 1959 o porque las modas han modificado los rasgos femeninos como el largo y ancho de las cejas, su tono de piel, el tamaño de sus ojos o el grosor de su rostro, labios y complexión.
Barbie es la menos culpable de las variantes evolutivas en el estereotipo de belleza, y aunque a la pobre le adjudiquen todos los traumas que las chicas podemos llegar a tener por no parecernos a ella, a muchas se les olvida que solo se trata de un juguete que pedíamos emocionadas y que en algún momento representó una ilusión infantil. Además, dejando a un lado la seriedad de la autoestima, ¿quién no se ha identificado con Barbie al menos una vez? Puede que no precisamente con su belleza y figura ni con la mansión de los sueños, mucho menos con el chico Ken que se enamora de ella… Pero aunque no lo creas, hay muchas cosas que la chica de plástico sufre tanto como tú.
La liga de los memes justicieros ha salido en defensa de la muñeca más famosa del mundo para demostrar que se enfrenta a los mismos problemas que una chica de carne y hueso.