Si eres hombre, lo peor que te puede suceder es acompañar a tu pareja de compras; ese mundo inmenso de maquillaje, ropa, zapatos y perfumes. Mientras las mujeres disfrutan el tiempo, algunos hombres la pasan fatal, solo esperan que un milagro ocurra, o mínimo, toman una siesta.
¡Mira cómo sufrieron estos pobres hombres! Seguramente ya no volverán a caer en ese error.