Siempre que vemos una estatua nos dan ganas de tomarnos fotografías de broma; muchos no lo hacemos por respeto o por vergüenza. Pero hay personas desinhibidas a las que no les da pena hacer un poco el ridículo y se toman imágenes muy graciosas.
Siempre que vemos una estatua nos dan ganas de tomarnos fotografías de broma; muchos no lo hacemos por respeto o por vergüenza. Pero hay personas desinhibidas a las que no les da pena hacer un poco el ridículo y se toman imágenes muy graciosas.