Quizá no podemos explicar la razón, pero los humanos encontramos satisfacción en observar la simetría y la limpieza, y cuando algo se sale de estos parámetros comenzamos a ponernos muy incómodos.
Sin embargo, no es lo mismo encontrar asimetrías casuales o algo de polvo que arruine la pulcritud, a hallarnos en una escena donde el desequilibrio y el desorden ocurren de manera deliberada. Es entonces cuando comenzamos a molestarnos y se nos ponen los nervios de punta.
Déjame decirte que si eres una persona perfeccionista o tienes un mínimo de sentido común, estas fotografías te molestarán mucho.