Hábitos para ir a trabajar, el tiempo que toman para alistarse o para esperar a alguien; lo que usarán para ir de fiesta, la forma en la que se expresan de sus amigos; en fin, hay que ser realistas y aceptar que aunque los hombres y las mujeres viven en el mismo mundo pareciera que vienen de planetas distintos y que cada una de las actividades diarias que realizan son completamente diferentes.
Esta es la realidad… ¡para qué negarla!