Todos nos hemos equivocado al menos una vez cuando marcamos un número telefónico, nos disculpamos, colgamos y lo volvemos a intentar con una combinación numérica distinta. ¿Pero qué pasa cuando se trata de un mensaje de texto?
Una vez que tomaste la decisión de presionar Enviar, olvídalo, ninguna disculpa te librará de la vergüenza, sobre todo si es uno de esos mensajes en los que estás molesto y le quieres reclamar a alguien o, peor aún, si intentas continuar un romance.
Estos son 20 cómicos ejemplos de lo que te puede pasar si no verificas bien el destinatario de tu mensaje.