Cuando no hay nadie a nuestro alrededor podemos darnos el lujo de hacer una que otra cosilla que normalmente no haríamos si alguien más está cerca: bailar en ropa interior, imitar a alguien o cantarle a nuestras mascotas.
Y aunque generalmente nos divertimos cuando disfrutamos de la complicidad de la soledad, se vuelve vergonzoso cuando alguien más se entera de lo que hacemos y si llega a las redes sociales, se convierte en nivel: ¡TRÁGAME TIERRA!… Algo muy parecido a lo que debieron pensar estos sujetos.