Sabes que tendrás un mal día cuando te das cuenta de que dejaste la cartera en el taxi o cuando un policía de tránsito decide que serás su próxima víctima.
Pero para algunos, esas trivialidades son parte del espectáculo y nunca les toman desprevenidos porque siempre esperan lo peor, por eso es importante reír y no llorar. Estos son algunos casos en los que un mal día se volvió divertido.