En todos los trabajos se cometen errores que, si no son tan graves, pueden remediarse sin problema alguno. Pero en el caso de la repostería equivocarse, aunque sea solo un poquito, puede ser fatídico, pues así como se crean obras de arte que nos dejan a todos con el paladar feliz y el estómago lleno, en otras ocasiones se mete tanto la pata que convierten a los pasteles en una verdadera experiencia de terror.
De lo feo a lo extravagante y de lo desagradable hasta lo inhumano, estos son los peores errores que se han cometido en la repostería. Seguramente ni a tu más acérrimo enemigo querrás regalarle uno de estos.