Uno de los sentimientos más honestos que tiene el ser humano es el amor de ser padre. El amor que se siente hacia los hijos es indescriptible, pues siempre habrá un vínculo especial que te unirá de por vida con esa persona.
Pero hay que ser honestos: es una tarea que puede resultar estresante, ya que los niños están llenos de energía y a los adultos nos cuesta llevarles el ritmo. Esto se debe a que los niños suelen ser traviesos, llorones y unos pequeños diablillos.
Te dejamos ejemplos de padres geniales y creativos que convirtieron esos momentos de gran responsabilidad en algo divertido.