La pequeña Remy jugaba junto a su madre en el patio trasero de su hogar, que da vista a un inmenso maizal. Ambas disfrutaban del atardecer, divirtiéndose en un columpio, pero el gozo acabó más pronto de lo que imaginaron.
Timberlyn Merrit, la madre de la niña, se descuidó por solo unos segundos cuando su hija desapareció. No había ningún rastro, y todo sucedió tan rápido. La noche llegaba y Merrit estaba aterrada, lo más seguro era que la menor había ingresado en el denso maizal y no sabía cómo regresar.
Timberlyn jugaba con su hija como cualquier otro día
Pero en un segundo todo cambió
La madre llamó a emergencias y reportó la desaparición. En total fueron 150 voluntarios los que se sumaron a la búsqueda con el apoyo de un helicóptero y radar infrarrojo, pero los esfuerzos no dieron resultado, la pequeña no apareció.
Los ánimos se venían abajo
Pasaron 12 horas de la desaparición de Remy y el ánimo de todos por encontrarla empezó a decaer. Como un milagro, escucharon un ladrido a lo lejos entre el maíz, tuvieron que caminar un kilómetro y medio y encontraron un milagro: la pequeña Remy estaba completamente dormida junto al perro de la familia, Heath.
Afortunadamente, Remy estaba sana y salva, Heat la cuidó toda la noche
Su héroe perruno nunca se separó de ella
Fue el can el que dio aviso de la ubicación de la niña. Remy estaba en perfecta salud y Heat estuvo toda la noche a su lado, nunca se separó de ella hasta que la ayuda llegara. ¡Bravo, Heat!