Todos conocemos a alguien que tiene pecas, de hecho, cuando fuimos niños quizás nos sumamos a los comentarios prejuiciosos disfrazados de burla que los otros niños lanzaban contra las personas pecosas; nunca entendimos que tener pecas no las hacía diferentes a nosotros, pero sí las convertía en personas únicas.
Las pecas son pequeños puntos que contienen mucha melanina, que es la responsable de la pigmentación de la piel de las personas. Pero esa condición no contrasta con la belleza, todo lo contrario, detrás de los apodos y miradas raras que reciben a diario las personas pecosas, se esconde una belleza casi indescriptible que no tienes que entender, solo apreciar.