El amor de un perro a su humano trasciende a la muerte. Este peludito sin nombre se quedó cada día durante cuatro meses frente a las puertas del Hospital Santa Casa, Brasil, esperando a su dueño, quien lamentablemente falleció.
Su espera fue en vano, pero su amor es eterno
Durante ese tiempo se fue ganando el cariño de los empleados del hospital, quienes lo alimentaban, cuidaban de que nadie lo molestara ni hiciera daño, y le proporcionaron una cobija para que no tuviera frío.
En una ocación la perrera se lo llevó
Pero afortunadamente escapó y regresó al hospital.
Un día, una mujer llamada Cristine Sardella compartió su historia en Facebook
https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=550703121952243&id=100010376798729
Tenemos mucho que aprender de los animales. Este perro se queda cada día en la puerta de Santa Casa de Nuevo Horizonte, esperando a su dueño, quien desafortunadamente falleció. Es alimentado por algunas personas. Aunque su espera es en vano, el amor que tiene por su dueño es eterno. Observo que el personal de Santa Casa lo ayuda, y así la vida continúa. Los animales le enseñan al hombre el amor verdadero.
La publicación llegó a muchas personas que se conmovieron por la lealtad del perrito.
Una trabajadora del hospital, llamada Fátima Nawas Botoluci, lo adoptó
Su nueva dueña lo llamó Campeón, gracias a la fidelidad y nobleza que había demostrado.
Leticia lo llevó al veterinario para desparasitarlo y vacunarlo, y luego… comenzar una nueva vida.