Dicen que cuando estás enamorado tiendes a engordar, pues tienes un cómplice que te acompaña a cenar a tu restaurante favorito, a probar platillos diferentes, para prepararle una cena romántica o regalarle repostería en ocasiones especiales.
En esta ocasión narraremos la historia del joven Matt Bradley de veintitrés años, quien es chef y subió 18 kilogramos; y que cuando le propuso a su novia Hannah matrimonio, y ella aceptó, la vida de ambos cambió.
Cuando Hannah aceptó empezaron a planear y a soñar con una vida en común. Sin embargo, cuando se visualizaron a futuro se dieron cuenta de que no estaban conformes con su físico, y que deseaban estar en forma. En ese momento Matt pesaba 115 kilos y Hannah tenía exceso de peso también.
“Por una parte estaba entusiasmado de casarme con Hannah, pues ella me hace muy feliz y seguro. Sin embargo ya no tenía confianza y todo se debía a mi cuerpo, pues por mi tamaño tuve que comprar ropa de talla extra grande y odiaba ver mis fotografías. Incluso hay una foto en una boda en la que juro que tengo tres papadas”, comentó Matt.
Con la ilusión que tenían por casarse empezaron a cuidar su alimentación, preparando cuidadosamente sus comidas e incorporando más porciones de verduras. Matt era muy inactivo, ya que en los últimos años estuvo trabajando y no se preocupó por hacer ejercicio.
En el momento tan esperado, el día la boda, Matt se presentó de una forma diferente: había perdido 42 kilogramos y Hannah había perdido 18. No sólo se veían espectaculares en ese día tan especial, sino que fue un trabajo en conjunto para lograr conseguir un objetivo en común que no fue nada fácil.
Matt llegó a la meta que deseaba para que pudiera vestir un traje de talla mediana y sin lucir esas tres papadas. Por su parte Hannah también perdió peso. “A pesar de que siempre hemos estado muy contentos y teníamos una relación sólida, tanto ella como yo no estábamos contentos con nosotros mismos. Ahora los dos sentimos mucha confianza con nuestra nueva apariencia”.
Parece que esta pareja tuvo un gran comienzo en su matrimonio, pues ya lograron la primer meta trabajando en equipo, lo cual es un factor importante y necesario para un matrimonio feliz.
En sus fotos de boda la pareja sonríe y en sus caras se ve la felicidad no sólo de estar juntos, sino porque lograron una meta que con mucho sacrificio, esfuerzo y perseverancia lograron.
Matt Bradley cambió sus hábitos alimenticios y también empezó a hacer ejercicio, ya que corría hasta completar una carrera de 10 kilómetros. Bradley ha perdido mucho peso y Hannah ha perdido 18 kilos.
Ahora Bradley vive una vida sana. No hay vuelta atrás, ahora tendrán que mantenerse en forma, ya que los dos se encuentran obviamente orgullosos de su logro.