Adel Termos es ahora un héroe nacional en el Líbano. Él detuvo un ataque terrorista del Estado Islámico en una mezquita, y así salvó a cientos de familias que siguen en este planeta gracias a este hombre.
Adel Termo fue padre de dos hijos que hoy lamentan su pérdida, pero que agradecen infinitamente que haya salvado la de ellos y la de miles más.
Él caminaba con su hija en un mercado al aire libre en el distrito Bourj al-Barajneh, del sur de Beirut, cuando escuchó el ruido inconfundible e ensordecedor de una explosión.
https://youtu.be/vzBtYtAJ3hI
De inmediato notó el caos, humo, vidrios rotos, los gritos, sangre afuera de una mezquita chiita, volteó a su alrededor y se percató de la presencia de un segundo suicida listo para detonarse. Sin embargo, en medio del desastre y con una reacción instintiva, Adel tomó la decisión más trascendental en su vida y se lanzó sobre el atacante.
“Lo derribó contra el suelo, haciendo que el segundo atacante suicida se detonara. Hay muchas, muchas familias, cientos de familias, probablemente, que deben su vida a su sacrificio”.
Este ataque fue realizado el 12 de noviembre, y ha sido uno de los más violentos por los que se ha visto sacudido Libano en los últimos 30 meses luego de 18 ataques. Hoy cuenta con 1 millón de refugiados sirios y como enemigo al Estado Islámico.
Ante este acto heroíco de Termos, quien aparentemente era miembro de Hezbollah, fue honrado por las calles de la aldea libanesa de Tallousa. La comunidad llevó su ataúd en hombros, cubierto con su bandera mientras coreaban consignas. Sus dos pequeños cargaban su retrato mientras caminaban junto a su adolorida madre.
Esta noticia fue difundida por la bloguera libanesa Ellie Fares, quién a través de su blog dio cuenta de los terribles ataques a los que fueron sometidos los libaneses horas antes de los ocurridos en Francia, pero de los que ningún medio de comunicación internacional informó:
“Cuando mi gente murió ningún país se molestó en iluminar sus puntos de referencia en los colores de su bandera, cuando mi gente murió no pusieron al mundo de duelo. Sus muertes no fueron más que una mancha irrelevante a lo largo del ciclo de noticias internacionales”.
El sacrificio de este padre de dos hijos ha servido al mundo como recordatorio de que la violencia extrema no hace distinciones entre sus víctimas, y que los catos de heroísmo no son exclusivos de alguna raza, nación o religión, cuando se busca cambiar un pequeña parte de la humanidad simplemente se actúa.