¿Alguna vez te has preguntado qué pasa con todos esos crayones que ya no se usan? ¿A dónde van a parar? ¿Sabías que los crayones no son biodegradables y dañarán durante varios siglos a nuestro planeta?
Bryan Ware vive San Francisco y tuvo una creativa y genial idea de reciclar todos aquellos crayones que provienen de los restaurantes y de las escuelas, donde ya no saben que hacer con ellos tras usarlos.
Un día en un restaurante, mientras festejaba su cumpleaños con su familia, se le ocurrió preguntarle al mesero qué pasaba con los crayones que sus hijos y otros niños dejan de utilizar después de abandonar el restaurante; el mesero le respondió que los tiraban a la basura.
Fue entonces cuando surgió la brillante Iniciativa Crayon. Ware descubrió que anualmente se iban a la basura 34 toneladas de estas herramientas de dibujo sólo en California, por lo que decidió darles un nuevo uso a través de esta genial idea… ¡Este creativo papá las reúne y las derrite!
Para diciembre de este 2015 planea que se rehagan 10 mil cajas. En 2011, año en el que inició el proyecto, sólo se elaboraron 2 mil cajas.
El proceso parece simple, sin embargo es lento derretirlas
Los crayones son más gruesos para que los niños con capacidades especiales también las usen.
Las distribuyen en los hospitales de la ciudad.
Una vez terminado el proceso, se reúne un grupo de voluntarios y reparten las crayolas en los hospitales de la ciudad para darles un momento de alegría a los niños que se encuentran enfermos.
Les gusta involucrar a los niños para tomar conciencia sobre el cuidado del medio ambiente.
“Si estos crayones les dan un escape a los niños de ese cuarto de hospital durante diez minutos, hemos hecho nuestro trabajo”
– Bryan Ware