Hay días en los que nada parece salir bien y cuestionas al mundo por qué a ti. Nada hay que mejore tu humor, terminas perdiendo la fe en la humanidad. Pero la felicidad te sigue a donde vas, en los objetos más cotidianos, solo necesitas relajarte y observar lo que te rodea, alguien te está invitando a dibujar una gran sonrisa en el rostro, ¿te animas?
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