La explotación maderera es una de las principales causas de destrucción de la selva tropical. Muchos tipos de madera son usados para construir muebles, pisos y en edificaciones, y son extraídos de las selvas tropicales de África, Asia y Centro y Sudamérica.
A pesar de que se han hecho de nuestro conocimiento los posibles efectos devastadores, de continuar destruyendo nuestro planeta al acelerado ritmo en que lo hacemos, pocas son las acciones tomadas por parte de los gobiernos para luchar contra este peligro eminente.
El comienzo de algo grande
Pero nuevamente un país nórdico ha puesto el ejemplo: Noruega se ha convertido en el primer país del mundo en comprometerse para terminar con la deforestación, así lo anunció la agencia Climate Action de Naciones Unidas.
Un triunfo ejemplar
Con esta acción, el país se compromete a evitar y prohibir, a través de políticas de contratación pública, cualquier producto de su cadena de suministro que contribuya a la tala de árboles.
Esta es una victoria crucial en la lucha para proteger la selva tropical. En los últimos años, un número creciente de compañías se han comprometido a poner fin a la adquisición de bienes que se puedan vincular con la destrucción de la selva, y también se necesitan compromisos similares de parte de los gobiernos.
Así lo explicó Nils Hermann Ranun, presidente de Rainforest Foundation de Noruega en el comunicado de Climate Action.
Se habían planteado acciones anteriormente
Y es que la lucha contra la deforestación es una de las principales peleas de la fundación. Ya en 2014, durante la Cumbre del Clima de la ONU en Nueva York, Noruega, Alemania y Reino Unido se habían comprometido a “promover campañas nacionales para fomentar cadenas de suministro libres de la deforestación”.
El problema es serio
Entre los productos relacionados con la tala ilegal de los bosques tropicales se encuentran: la carne de res, soya, aceite de palma, pulpa de madera y el cacao. Se debe trabajar en políticas de contratación pública y buscando vías alternas para obtener dichos artículos, pero de forma sustentable.
De acuerdo con las cifras recabadas por Climate Action, la producción de estos artículos en siete países provoca altas tasas de deforestación (Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Indonesia, Malasia y Papúa Nueva Guínea), que contribuyen con el 40 por ciento de la tala de bosques tropicales y el 44 por ciento de las emisiones de carbono asociadas entre 2000 y 2011.
De no tomar acción, habría graves consecuencias
Esta no es la primera acción de Noruega para luchar contra la deforestación, en 2008 el país donó mil millones de dólares a Brasil para combatir el problema. Gracias en parte a dicha donación, el país sudamericano logró reducir la deforestación en 2015 hasta en un 75 por ciento. Se salvaron más de ocho millones y medio de hectáreas de la selva amazónica y se evitó la emisión de 3.2 millones de toneladas de CO2.
Otros países deberían seguir el liderazgo de Noruega y adoptar compromisos similares de deforestación cero.
Las organizaciones conservacionistas, como era de esperarse, han valorado muy positivamente que el Estado noruego esté ahora siguiendo este ejemplo y al mismo tiempo dándolo.