Conforme vamos creciendo nos llenamos de prejuicios y miedos que no impiden actuar y ser auténticos, casi siempre estamos fingiendo; la sonrisa, la pose a la hora de una foto, la mueca al saludar a alguien, si algo nos desagrada lo soportamos sin hacer gestos… ¡ah! ¡en fin! parece que vivimos en una inmensa mentira, siempre temerosos de expresar nuestras emociones como realmente las sentimos.
Quizás deberíamos aprender de los niños, sí, ellos no tienen prejuicios ni miedos ni nada que les impida mostrar y exteriorizar sus emociones, solo mira estas imágenes y date cuenta de lo sencillo que es, pero sobre todo, de lo hermosos que se ven cuando se expresan al natural. ¡Incluso cuando están enojados!