En el sur de la ciudad más grande de Kenia, Nairobi, los leones arrasaban con la vida del ganado. Pero el pequeño Richard Turere, de tan solo 13 años de edad, hizo lo mismo que varias mentes jóvenes y brillantes del majestuoso África han hecho con su ingenio y gallardía: salvar a su pueblo.
La crisis estimula la creatividad
La familia de este pequeño, vive en los límites que separan la zona de granjeros con la reserva natural del Parque Nacional, un área turística en la que habitan animales silvestres, entre los cuáles hay leones y otras especies carnívoras. Aunque podríamos imaginar el peligro que corren a diario las familias de los granjeros, para ellos había un problema mayor al riesgo de ser atacados por el rey de la selva, y es que estos animales violaban las cercas que dividen el parque y las viviendas para alimentarse de sus vacas, gallinas, cerdos y caballos.
¡Está en su instinto!
Estos gigantescos felinos llevan en sus venas el instinto depredador, y menos mal que saciaban su sed de sangre con otros animales y no con los humanos, pero esto no les garantizaba bienestar en las comunidades, ya que la baja en el ganado representaba un duro impacto a la economía familiar.
Todos estaban muriendo de hambre, excepto los leones
Esta historia se repetía una y otra vez, al sur de la capital. Vivir con la angustia de amanecer con una granja vacía, era una de las constantes pesadillas que atormentaban a la comunidad. Desesperados, algunos granjeros comenzaron a practicar la caza de felinos durante la noche, pero no solo era peligroso intentar asesinar a un mamífero superior a ellos en peso, tamaño, fuerza y rapidez, sino que las autoridades lo habían prohibido debido a que los leones eran el principal atractivo turístico de la reserva natural en el Parque Nacional. Una masacre así, mermaría la sustentabilidad de uno de los sectores más importantes en la economía africana.
Matarlos no era una opción
Nairobi, conocida como la ciudad verde en el Sol, funciona como un safari en grandes dimensiones, cuyos bellos paisajes que nos remontan a películas como El rey León. Funcionan para los paseos que realizan millones de turistas al año, en los que pueden convivir directamente con la naturaleza que envuelve la sabana, y con animales como cebras, hienas, rinocerontes y leones.
¿Cómo solucionarlo sin violencia?
Este niño creció temiéndole a los leones, pero jamás permitió que su miedo dominara su espíritu creativo, e ideó un plan durante varios meses para poder deshacerse de los constantes ataques felinos sin necesidad de matarlos, permitiendo que cada quién viviera respetando los límites territoriales de cada zona. Mientras caminaba por la granja en la noche, se percató de que los leones que estaban al asecho, se ponían nerviosos con las luces internas, y preferían esperar a que el sitio estuviera completamente a oscuras para cazar. Fue entonces cuando se le ocurrió crear un sistema de luces intermitentes que los mantuvieran alejados hasta el amanecer.
Aquí el diagrama de su proyecto
“Crecí odiando a los leones mucho. Solían venir de noche y alimentarse de nuestro ganado cuando estábamos durmiendo”, dijo Turere, el niño que propuso la inteligente y pacífica solución.
¡Todo un ingeniero!
Su sistema lumínico fue bautizado como Luces de león, y se trata de focos parpadeantes que funcionan por medio de la energía que les transmite una batería de auto cargada con paneles solares. El chico las colocó en el perímetro que encierra la granja de sus padres, resguardando al ganado.
Exitosos resultados
Su ingeniosa idea funcionó a la perfección, pues a corto plazo el problema había desaparecido y varios habitantes le solicitaron colocar el mismo sistema en sus granjas para gozar de la misma protección anti ataque de leones. ¡Es un genio! Su invento ya fue patentado e instalado en otras 7 comunidades, lo cuál ha llamado la atención de importantes organizaciones interesadas en impulsar la educación del pequeño Turere.