Oh, la Navidad, época de paz… ¿y felicidad? ¡Para nada! Es una de las fechas en las que la gente se vuelve un poquito -más- loca, sobre todo si de compras se trata. Las gangas navideñas parecen irresistibles, pero ¿por qué conformarte con el mínimo descuento cuando puedes exigir más? Justo esto fue lo que hizo una tacaña clienta, a la que, al parecer, no le faltaba el dinero y pidió -como si fuera la reina del mundo- que un adorno de estrella de tan solo 50 centavos se lo dieran a la mitad.
Para la vendedora Sarah Demaneuf eso era inaceptable, por lo que le comentó que el ornamento ya estaba lo suficientemente rebajado como para aplicarle un descuento extra, pero la clienta con sus aires de grandeza tenía muchas ganas de discutir y de ganar su cometido.
Sarah, por su parte, sintió la necesidad de vengarse de esa mujer tan molesta y fue tan satisfactorio que aún lo recuerda con mucho orgullo. Lee su dulce y cruel plan malévolo a continuación…
Han pasado años del divertido suceso y Sarah también agregó la siguiente:
No me volví a encontrar a la mujer, y tras tantos años no la reconocería. La gente me pregunta qué pasaría si ella lo leyera y reconociera la historia, pero lo dudo mucho. La gente como ella no suele ser lo bastante consciente de sí misma como para verse desde la perspectiva de aquellos a quienes consideran inferiores.
La gente se divirtió mucho con su confesión y hasta aplaudieron su acción:
A veces la venganza no es taaan mala, ¿no crees?