El impacto de los humanos en la naturaleza es brutal, pues acabamos con todo lo que hay a nuestro paso y los principales afectados siempre son los animales.
Un lobo, en este caso, fue víctima de la basura que se desecha en los bosques: el pobre animal tenía la cabeza atrapada en un recipiente de plástico y su apariencia era desgarradora. Al parecer llevaba días, incluso semanas, sin comer. Lo único que mantuvo con vida a este bello ejemplar indio -en peligro se extinción, por cierto- fue que podía tomar agua y respirar por unos orificios que tenía el recipiente.
El destino del lobo hubiera sido fatal si no lo hubiera encontrado un grupo de aficionados a la fotografía silvestre, que casualmente acudieron al bosque a tomar algunas capturas de la naturaleza.
El grupo divisó algunos lobos por la zona y comenzó a seguirlos para fotografiarlos, justo en esa travesía se percataron de la terrible situación de uno de los miembros de la manada.
Lo que los fotógrafos encontraron los dejó horrorizados
Un lobo indio estaba a punto de morir de hambre
Un contenedor de plástico se había atorado en su cabeza
Pudo seguir con vida gracias a unos orificios que el contenedor tenía en el fondo
Como no podían dejarlo en esas condiciones, llamaron al Departamento Forestal de Nagpur para que auxiliara al animal, mientras tanto lo siguieron sigilosamente para no perderle de vista.
Los rescatistas, aunque tardaron en llegar, lograron liberar al lobo cortando el contenedor; una vez listo, escapó rápidamente para encontrarse con los suyos.
“Me entristeció ver que un animal tan hermoso se atascó y casi muere como resultado de la ignorancia humana. Mientras lo seguí, documenté toda la historia para que la gente esté al tanto de cómo la basura afecta la vida silvestre”, comentó uno de los fotógrafos.
Afortunadamente pudieron ayudarlo
Y a todo esto, ¿cómo llegó ese recipiente su cabeza? Fácil, los aldeanos tiran los desechos en cualquier lugar sin importar que puedan perjudicar a la flora y la fauna; el hambriento lobo posiblemente trataba de alcanzar la comida del contenedor y su cabeza se atascó, ¿el resultado? Bueno, ya no hace falta explicarlo.
Es horrible cómo nuestro egoísmo destruye hábitats y especies.
¿Hasta cuándo comprenderemos que seguir así no solo acaba con los otros, sino también con nosotros mismos?