Solitario y con temple triste, un anciano de 70 años se sienta cada día en la playa con el retrato de una mujer. Es una estampa que no puede pasar desapercibida por nadie, y el propietario de un negocio cercano a ese lugar no fue la excepción y tomó una fotografía.
El protagonista es Guiseppe Giodarno, que acude religiosamente a la playa con una invitada muy especial: su esposa Ida.
Aunque Ida no se encuentra físicamente, para Guiseppe no es impedimento para continuar con su amoroso ritual y lleva el recuerdo de su amada en una fotografía.
Giorgio Moffa, el hombre que capturó el momento, escribió esto en su cuenta de Facebook:
“Lo vi y estaba seguro que ahí había una gran historia, hay pocos hombres como él. Creo que todos en el mundo hemos perdido a alguien especial y todos tenemos nuestros procesos de duelo, pero Guiseppe ha tenido el coraje y la dignidad de mostrarlo en público”.
Guiseppe e Ida se conocieron con tan solo 16 años, misma edad en la que ella quedó embarazada. La reprobación de la familia no se hizo esperar, sin embargo, el amor de los jóvenes era inquebrantable y tuvieron dos hijos más. Fueron casi 50 años de una vida plena y feliz… hasta que Ida falleció, víctima de cáncer.
Ha pasado mucho tiempo de la muerte de Ida, pero, a este enamorado sin remedio, ni la muerte puede hacerlo olvidar a su amada y, como un tributo a ella, cada día contemplan el mar,como lo hacían antes… cuando eran adolescentes.