Ser el hermano mayor siempre es una responsabilidad, es por ello que debes recordar estas 7 lecciones que debiste aprender de la manera más dura cuando eras pequeño.
Siempre estarás ahí para los más jóvenes, para tu pequeño hermano cuando te busque y te pida ayuda o un consejo, o incluso tu ropa. Siendo el mayor, debiste haber aprendido por lo menos estas 7 lecciones de una forma muy singular. Y aquí te las traemos.
1. Hacerte responsable de actos que no eran tuyos
Incluso cuando tu hermano menor era el culpable de una travesura, o cuando él comenzó la pelea, ante los ojos de tus padres eso no importaba; tú eras el culpable. Era tan frustrante… pues como primogénito la vida no siempre fue justa. Sin embargo estas batallas valían pelear y valieron la pena, pues como hermano mayor te formó humildad y te dieron fuerza para mantenerte de pie ante todo para poder seguir adelante.
2. Aprendiste a anteponer lo importante
Eras esa persona en la que tus padres confiaban para dejar salir a tus hermanos a fiestas e incluso a viajes escolares. Fuiste quien ayudó a tus hermanos pequeños cuando rompieron un vaso y se cortaron, o convenciste a tus padres de que la familia necesitaba un cachorro, todo porque tus hermanitos así lo deseaban. Todo eso te formó actitudes de liderazgo en la vida y te proporcionó la confianza que necesitaban para crecer.
3. Formaste parte de la confianza que hoy existe en tu familia
Aunque tus hermanos menores siempre creyeron que tus permisos fueron injustos, hoy eres tú quien les das esa confianza más clara del cómo ser un buen adulto.
4. Aprendiste a ser el apoyo de los demás
Fuiste el primero en guardar un secreto o fuiste el primero en darles a los menores un consejo importante. Lo más difícil de esto fue mantenerla, aprender a generar confianza y a ser el apoyo de los demás es algo complicado. Muchas veces caíste por tan grande responsabilidad.
5. Aprendiste a distinguir los verdaderos problemas
Fueron incontables las batallas por los cargadores perdidos, la ropa robada o las comidas que se llevó a su boca, sabiendo que eran tuyas. Con el tiempo aprendiste lo que era el mundo real, fuiste creciendo y entendiste que las pequeñas cosas como éstas comienzan a importar menos. Ahora sabes guardar la energía para las batallas que realmente importan.
6. Te diste cuenta de lo que realmente eres capaz
Los hermanos mayores nunca reciben el crédito que merecen. Fueron los primeros en poner a prueba las habilidades de crianza de sus padres, y fueron los primeros en mostrarle el mundo a los hermanos menores. Ellos son mucho más capaces para la adaptación.
7. Ahora sabes que siempre estarás ahí
Los recuerdos familiares jamás se desvanecerán, porque a ellos los mantendrás en tu corazón. Podrás caminar alrededor de todo el mundo, pero siempre tendrás la confianza de que no perderás de vista en lo que te has convertido, porque tus hermanos menores siempre estarán ahí para recordarlos.