Los problemas que más nos urge atender no provienen del incremento en el precio de la gasolina, del atraso tecnológico en países que aún están estancados en un lento proceso de desarrollo ni del casi inalcanzable costo del celular de moda que acaba de salir y que todo el mundo anhela comprar, pero no completa… Allá afuera hay dilemas reales que como sociedad tenemos que resolver antes de hundirnos junto con el poco sentido común que nos queda. No necesitas asomarte a una ventana sino al espejo para ver la hipocresía y la mediocridad que nuestra generación representa.
Te invitamos a reflexionar acerca de los temas que muestran las siguientes ilustraciones que, aunque son muy crudas, exhiben exactamente el desastre en el que nos hemos convertido.