¿Cuántos casos no conocemos de personas que como alumnos no fueron los más brillantes pero que en su vida laboral se convirtieron personas exitosas que marcaron a una generación?. Es por eso que el siguiente post te demuestra que no siempre tener las mejores calificaciones te garantiza un futuro prometedor.
El expresidente George W. Bush no es conocido por sus habilidades para hablar en público, pero trató un punto importante y profundo durante el discurso de graduación en la Universidad Metodista del Sur:
“Para todos ustedes que se están graduando con altos honores, premios y distinciones, les digo: ‘Bien’. Y como me gusta decir a los estudiantes no tan brillantes: también pueden ser presidentes”.
Bush se burló de sí mismo por tener calificaciones mediocres en la Universidad, pero también logró ser una expectativa para todos esos estudiantes con expedientes académicos poco brillantes.
Lo que Bush quería destacar era que las calificaciones no aseguran lo bueno o malo que serás el resto de tu existencia, y que la vida está llena de un sinfín de posibilidades ilimitadas. Sin importar si te agrada o no como Presidente, lo que dijo no estuvo mal.
Incluso existen otros presidentes que en algún momento no fueron muy buenos en la escuela, como es el caso de Kennedy, Lyndon y George H.W. Bush. El Vicepresidente Joe Biden también tuvo problemas con sus calificaciones cuando fue estudiante de Derecho.
Y no sólo nos limitamos a líderes de países, también hay empresarios muy exitosos que no dejan que sus experiencias académicas los desalienten para lograr lo que se proponen.
Un ejemplo muy claro es Steve Jobs, debido a que nunca terminó la Universidad. Lo mismo pasó con Mark Zuckerberg y Bill Gates y Elizabeth Holmes, la mujer multimillonaria más joven del mundo que está revolucionando la medicina y abandonó Standford para seguir sus sueños. Otro caso es el de Richard Branson, que sufría dislexia y dejó la secundaria a los 15 años.
En pocas palabras: no existe un camino específico que te lleve a la grandeza.
El renombrado astrofísico Neil deGrasse Tyson declaró en un discurso para la graduación en la Universidad de Massachusetts Amherst:
“Sus grados y promedio de calificaciones inmediatamente se vuelven irrelevantes en su vida. No puedo decir cómo es que se hacen irrelevantes, sin embargo en la vida no les van a pedir su promedio de calificaciones. Un GPA (promedio general) no significa nada, es lo que eras en ese momento; y eso no te define por el resto de tu vida.
La inteligencia es subjetiva y el rendimiento académico no siempre es la manera correcta de medirlo. El éxito como estudiante depende en gran medida de la capacidad de desempeñarse en determinado sistema, pero no siempre es la mejor preparación para el mundo real.
Una persona de carácter, experiencias y conexiones, no de promedio, en última instancia se determina por medio de éstas en cuanto a la dirección de su vida. El éxito requiere pasión, perseverancia, inteligencia emocional y la capacidad para entender el valor de un error.
Ésa es la razón por la que vemos a muchos estudiantes de bajo promedio controlando el mundo, algo que nunca hubiéramos esperado ver. Ellos saben el significado de luchar, debido a que con frecuencia tienen que superar más obstáculos de los que la gente piensa.
Esto no quiere decir que tener malas calificaciones te garantiza el éxito, pero que siempre vayas muy bien en la escuela tampoco significa que serás un triunfador. Al fin de cuentas las calificaciones son simples letras escritas en una página. Un logro verdadero es hacer cambios visibles y altruistas en el mundo real.
Así que si te acabas de graduar de la secundaria o de la universidad y no terminaste tu carrera con honores, no te desesperes. La vida está llena de altibajos; y aunque aprendamos mucho en la escuela, la verdadera educación se obtiene después de salir de clases.