Una de esas cosas que te dejan más lecciones y aprendizajes en tu vida como universitario es compartir departamento con algún compañero, pues tu roomie se convertirá en algo más que un amigo.
1. Despertar con resaca los domingos
Y platicar de lo increíble que estuvo la fiesta la noche anterior, claro, acompañado por los insoportables dolores de cabeza y una sed con la que podrías beberte un río entero.
2. Ir juntos por un remedio para la resaca
Después de la plática, es hora de ir a comprar alimentos y bebidas para aliviar esa horrible resaca, indudablemente siempre iban juntos.
3. Nunca comías solo
Siempre había alguien disponible para acompañarte a la hora de comida y ese alguien era tu roomie.
4. Compartir la cama
No en un sentido sucio, sino en un sentido de compañerismo: llegaba la noche y te sentías triste porque extrañabas a tu familia o porque te peleaste con tu pareja y sabías que siempre estaba tu roomie para darte un fuerte abrazo.
5. Asesorías en relaciones
Cuando te llegaba un mensaje de tu crush siempre contabas con tu roomie para analizar entre ambos el mensaje de texto y decidir cuál era la mejor respuesta.
6. Préstamos de ropa
Si eres mujer, sabes que tú y tu roomie siempre intercambiaban prendas de ropa, pero ahora ya no podrás usar esa blusa de tu amiga que te encantaba.
7. ¡La música!
Mientras aseaban la habitación o se preparaban para salir ponían música a todo volumen y ambas cantaban completamente desafinadas, pero felices.
8. Ya no tendrás con quien compartir un trago en el departamento
¿Ahora quién te acompañará en tus alcohólicas aventuras?
9. Tampoco podrás hablar todo el tiempo
Mientras te duchabas, cocinabas, comías o intentabas dormir… siempre podías platicar y había alguien para responder, pero ahora que ya no tienes roomie ya no hay quien te acompañe en esas eternas pláticas.
10. Días enteros viendo películas
Y comiendo chucherías, bueno, ya no más, ya no está tu roomie para compartir días enteros sin hacer nada más que ver películas o series.
11. Extrañarás que alguien te llame la atención
Sobre todo, cuando estás desidioso y sin ganas de hacer nada o comprometerte con nada, ya no habrá quien te llame la atención y to ponga a trabajar.
12. O alguien que te lleve al bar
Quizás en ocasiones no tenías ganas de salir a tomar porque estabas en la depre, pero llegaba tu roomie y te llevaba a rastras al bar y de repente, ¡pum!, como por arte de magia la depresión desaparecía.
13. Un compañero de estudio
Si las tareas o el trabajo parecían interminables tu compañero de cuarto siempre -o casi siempre- se quedaba a estudiar hasta tarde contigo y así ya no te sentías tan solo.
14. Seguro contra riesgos
Ya no habrá más quién te ayude cuando estés a punto de claudicar y tomar el teléfono para hablarle a tu ex y decirle cuánto lo extrañas.
15. Sencillamente…
Ya no compartirás habitación con esa persona que al paso del tiempo se convirtió en alguien tan especial que te comprendía -incluso- más que tu propia familia.