Una de las pruebas más decepcionantes, de que a la humanidad no se le da gusto con nada, es la mutación del cuerpo femenino según en el estereotipo de belleza que se va adaptando a los caprichos de la moda y a las exigencias de la vanidad de cada época.
Si alguna vez has sentido que la estructura de tu anatomía no encaja en lo absoluto con los parámetros que dictan Instagram, Facebook y las revistas de moda, no te sientas mal ni permitas que tu autoestima se derrumbe. Así como tú, millones de chicas se han martirizado por no lucir como las actrices y modelos famosas, poseedoras de esculturales cuerpos que nos parecen irreales y que en algunos casos, lo son.
En una sociedad en la que se llegaron a utilizar corsés asfixiantes para conseguir una cintura diminuta y otros métodos de tortura para moldear los pechos, bajar de peso e incluso aumentar la musculatura aunque estuviese en riesgo la salud, no debería extrañarte la complejidad de la actual figura de ensueño: pechos y glúteos grandes, pero la conservación de la delgadez en el resto del cuerpo. ¡Deja de agobiarte! Que el casi inalcanzable estereotipo no sea un problema para tu seguridad, porque mientras lleves una alimentación balanceada y realices ejercicio regularmente, no debes acomplejarte ni dejarte llevar por lo que dictan las normas estéticas. Como tú, muchas chicas han sufrido la misma incomprensión durante más de 100 años, si no lo crees, checa la evolución del cuerpo perfecto desde 1910 hasta la actualidad.