Davi tan solo tiene ocho meses de edad y ya fue víctima de la injusticia humana: los cazadores furtivos mataron a su madre para llevarse sus cuernos.
Fue fácil para ellos robar una valiosa vida y desprender del amor maternal a este pequeño.
Davi fue encontrado por unos guardabosques, quienes lo trasladaron a The Rino Orphanage en Sudáfrica, una organización sin fines de lucro que se dedica al cuidado de rinocerontes huérfanos para después liberarlos en su hábitat.
Cubrieron sus orejas y ojos para no provocarle estrés mientras lo trasladaban
Una vez a salvo, la angustia no cesaba: Davi estaba desconsolado.
Sus ánimos decayeron y no quería comer
Lloraba desesperadamente por su madre… sin embargo, ese llamado ya no tendría respuesta.
Su llanto le rompe el corazón a cualquiera
https://www.facebook.com/TheRhinoOrphanage/videos/2055089257857489/
Los cuidadores prestaron especial atención a Davi, quien no tiene heridas en el cuerpo, pero sí una más grave: en el corazón.
Con el paso de los días el pequeño empezó a sentirse más tranquilo y cómodo en su nuevo hogar, ¡y por fin quiso alimentarse! Días atrás la tristeza le impedía comer.
Después de seis días por fin aceptó comida
Los cuidadores incluso lloraron de alegría y alivio al verlo comer, ¡eran fantásticas noticias!
Todos estaban muy felices
https://www.facebook.com/TheRhinoOrphanage/videos/2065127513520330/
Lotti y Lolli son ahora su nueva familia
Quizás te preguntes si Davi es un único bebé rinoceronte huérfano en ese lugar, y aunque quisiéramos decir que sí por desgracia no lo es: Lolli y Lotti son otros dos pequeños que perdieron a sus madres a causa de la caza furtiva.
Los tres se han dado apoyo y compañía; poco a poco se recuperan del dolor.
Lo ideal sería que ningún otro rinoceronte llegara a este santuario
Los rinocerontes son atacados por cazadores que los buscan por sus cuernos para luego venderlos en el marcado negro. Los principales compradores son clientes chinos que aprecian el cuerno de estos animales increíbles por ser un ingrediente tradicional de la medicina asiática.
Una vez más comprobamos que el egoísmo humano no para de hacer daño… Al parecer un té que “lo cura todo” vale más que el sufrimiento y la vida de un animal.