La artista australiana Sonia Singh jamás imaginó lo que sucedería al desmaquillar a las famosas muñecas Bratz para darles un toque más natural al estilo de una niña de 8 años. Singh, sin querer, movió al mundo entero con su pasatiempo.
Luego de perder su empleo, a la también científica radicada en Tasmania se le ocurrió la idea de ir a buscar en los bazares muñecas Bratz con algún defecto para ella poderlas arreglar. La transformación de estas muñecas fue tan drástico, que en un principio puedes llegar a imaginar que son otras muñecas.
Y es que la imagen sexualizada y agrandada de estos juguetes para niñas es bastante fuerte. Con un rostro cargado de maquillaje, ojos desvelados, labios carnosos y ropa muy provocativa nos dan una impresión de una mujer independiente y demasiado liberal, muñeca que las niñas podrían llegar a visualizar como un ejemplo a seguir.
Mira la transformación:
https://www.youtube.com/watch?v=nZqCFIjQWtc
Gracias al esposo de Sonia, John Singh, fue como se animó a subir sus creaciones a Facebook y compartirlas con sus seguidores. Pronto se dio cuenta de que el número de seguidores se había multiplicado por miles en todo el mundo.
La mayoría aplaudió sus diseños y la invitó a ser creadora de unas muñecas más naturales; sin embargo, no busca adentrarse a este rubro.
Confesó que jamás pensó que pudiera a llegar a tener tanto impacto y sólo espera no poder llegar a tener problemas con las grandes compañías de la industria del juguete, pues insistió en que sólo se trata de un hobbie.
Estas son algunas de las muñecas que publicó en su muro:
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Así es como una muñeca que va dirigida a niñas de 8 años se debería ver. Este es sólo un exhorto a los padres que compran juguetes a sus hijos a que miren el trasfondo que cada producto lleva en su línea de fabricación y qué es lo que realmente le quiere inculcar a sus pequeños.
Sonia, sin querer, destapó algo que todos suponemos pero nada hacemos por frenarlo o modificarlo.