¿Alguna vez has escuchado sobre los 4 jinetes del Apocalipsis? No nos referimos al colapso del universo, sino al fin de las relaciones en pareja.
El psicólogo John Gottman tras 40 años de investigación en el campo de las conductas humanas asociadas al amor, ha determinado que es posible detectar a tiempo y combatir los 4 principales conflictos que causan el 90% de los divorcios y rupturas amorosas. ¿Quieres salvar tu relación o prevenir la llegada de estas 4 amenazadoras etapas? A continuación te presentamos su nombre, síntomas y cura.
1. Desprecio
El exceso de confianza ha roto filtros de respeto que incitan a que uno de los dos se burle de su pareja, ya sea en su cara o a sus espaldas. En esta fase, las debilidades o miedos del otro te parecen ridículos y crees que es blanco fácil para compartir la gracia que te hace con amigos y familiares. Expones a tu pareja, la menosprecias, humillas y subestimas. Las ofensas pueden parecer inocentes al principio, pero van en aumento, los apodos o desacreditación, y terminando en un cinísmo hiriente que daña el autoestima del otro.
Cómo resolverlo
Si no tomas en cuenta la opinión de tu pareja y crees que no es lo suficiente digna de ti, es probable que debas replantear tu relación, pues si tu ego es tan grande que no eres capaz de reconocer que tu pareja tiene derechos y dignidad que le hacen valer, puede que ni siquiera estés listo para experimentar el amor. Por otro lado, si quieres evitar llegar a este punto en tu relación, será mejor que empieces a descartar las burlas y comentarios que desaprueben su esfuerzo. Es una persona que merece sentirse tan inteligente e importante como tú.
2. Crítica
Hay una delgada línea entre las sugerencias y las críticas destructivas, porque aunque ambos conceptos se refieren a cosas muy diferentes, los seres humanos solemos confundirlos fácilmente y terminamos destruyendo la estabilidad de nuestras relaciones. Desde el momento que elegiste a tu pareja, debiste entender que amar no significa cambiar al otro. Es importante expresar nuestras quejas de la relación, como un buzón de sugerencias, pero ¿en realidad solo criticamos los errores? Cosas tan sencillas como no bajar la tapa del baño, olvidar hacer el súper, o no alimentar al gato, nos llevan a hacer críticas sobre la persona y su forma de ser, olvidándonos del problema y concentrándonos en los conflictos del pasado.
Cómo resolverlo:
Tenemos que ser responsables con lo que decimos, pues nunca sabemos qué tanto podemos llegar a destruir la comunicación. Es importante que moderes tus palabras, y mejores la intención con la que expresas tus argumentos, para evitar los ataques directos y no caer en la dinámica de críticas constantes.
3. Defensividad
Cuando la relación cae en un proceso enfermizo de victimización, uno de los dos deja de actuar con amor y lo hace desde el rencor que siente por cada falla en la relación o por cada expectativa no cumplida. Aquí ya no se trata solo de querer echarle en cara a tu pareja los problemas cotidianos, sino estar todo el tiempo en guardia, buscando pretextos para estallar en su contra, justificar tu comportamiento por otras cosas que lo causaron y hacer cuentas sobre lo bueno que tú haces por la relación, como si le estuvieras cobrando la diferencia.
Como resolverlo:
En lugar de tantos reclamos y peleas sin sentido, aprende a aceptar los errores que ambos cometen. Ni esa persona es perfecta, ni tú lo eres, es tiempo de que guardes todo ese orgullo acumulado, envaines la espada y hables con la verdad. Es importante que no te dejes frustrar por las malas decisiones, que aceptes tu parte de culpabilidad y que pidas perdón, porque a fin de cuentas tú también has contribuido a que las cosas se enfríen un poco.
4. Cerrarse
Hay muchas personas que prefieren la paz por sobre todas las cosas. Incluso sobre la honestidad. Pero, ¿se sentirán realmente tranquilos viviendo así? Si por evitar tener más problemas, has preferido ocultar tus emociones, silenciar tus comentarios y no extenuar tus dudas, seguramente ya te diste cuenta de lo lejos que están ahora el uno del otro. Cerrar tu mente y corazón, no va a solucionar nada en lo absoluto, terminará desatendiendo tu relación y distrayéndote en cosas que solo son pasajeras, pero el conflicto continuará ahí, haciéndose más grande mientras fingen ignorarlo.
Cómo resolverlo:
No te acobardes ante las tormentas, ni guardes tus opiniones. La otra persona desea conocer tus dudas, inquietudes y sobretodo, saber si es importante para ti salvar la relación. Pelear por cosas tontas puede fracturar el amor que se tienen, pero convertirse en una roca que ni habla ni demuestra interés, puede llegar a afectar aún más su estabilidad. La comunicación es la base de cualquier tipo de lazo, y para formar uno juntos deben trabajar en equipo, aceptando que tienen opiniones diferentes, pero escuchando ambas para llegar a un acuerdo.