El amor es difícil de definir porque es prácticamente imposible de entender; por mucho que nos esforcemos, por mucho que trabajemos en ello y por mucho que hayan madurado nuestros sentimientos, el amor es totalmente impredecible y volátil. ¿Existe un manual para aprender a sobrellevarlo?, ¿un mapa para no perdernos en sus complejos matices? ¿Cómo querer a alguien sin morir de apego en el intento?
Si bien no venimos al mundo sabiendo querer al prójimo con una fórmula universal, existen fundamentos básicos para hacer de las relaciones humanas experiencias mucho más placenteras y sanas. Dichas bases ni siquiera son secretas, pero en cuestiones amorosas nos cuesta bastante recurrir al sentido común. El amor es como un juego en el que se establecen reglas previas, mismas que cada pareja debe elegir, aceptar y seguir desde un principio, pero hay cuatro en particular que toda relación necesita respetar para que las cosas no se enfríen a futuro. ¿Quieres conocerlas?
1. El amor es para sentirse, no para imaginarlo
Si alguien en realidad está enamorado de ti o te quiere muchísimo, como lo dice con palabras bonitas y mensajes de texto, lo vas a sentir. Es una emoción que recorre tu pecho instantáneamente cuando estás con esa persona, no tiene que manifestarse como las típicas mariposas en el estómago o con una alegría ensordecedora, simplemente reconoces cuando alguien te quiere así sea la persona menos afectiva del mundo. Si no te demuestran el afecto que sientes merecer o tienes dudas sobre si eres apreciado o valorado por tu pareja, terminarás por estancarte en un sentimiento imaginario. ¡Busca la reciprocidad!
2. El amor no se obliga
Nadie más que tú mismo… y quizá tu madre, tienen la responsabilidad de amarte. Pero no puedes andar por la vida obligando a las personas a quererte, y mucho menos a hacerlo y demostrarlo de la manera en que a ti te gusta que lo proyecten. Recuerda que todos somos diferentes y definimos e interpretamos el cariño de diversas formas. Algo tan puro y natural como el sentimiento que permite que el mundo siga su curso no puede ni debe forzarse jamás.
3. No puedes amar a los demás si no te amas tú
Tú siempre debes ser tu prioridad, así de simple. ¿Cómo pretendes que alguien te quiera si no le enseñas cómo? Y qué mejor que predicar con el ejemplo. Valórate, quiérete mucho, apapáchate y aprende a diferenciar lo que mereces y lo que no. Ámate tanto hasta que no necesites rogarle a alguien para que se quede en tu vida, sino que las cosas fluyan y te ganes la admiración y el respeto de tu pareja.
4. No te aferres a lo que no puede ser
Cuando es amor encontrará la manera de permanecer. Uno de los grandes errores que cometemos es el de entregarnos en cuerpo y alma con tal de que las cosas sean posibles. El amor es difícil, eso es cierto… pero tampoco se trata de recibir constantes rechazos y vivir discutiendo o suplicando cariño. El tiempo es muy valioso y cada cual sabe con quién lo desea compartir, nadie debería suplicarlo. Recuerda que para que exista una relación se necesitan dos involucrados, y lo más importante es que ambos estén dispuestos a poner de su parte. ¡A la fuerza ni los zapatos entran!