Pareciera que el destino siempre logra ponerse de acuerdo con tus nuevos prospectos y tu más reciente duelo por una ruptura para colocarte en la peor de las encrucijadas amorosas: ¿estoy realmente listo para comenzar otra relación?
Si bien no todos los rompimientos terminan de una manera trágica, es importante aceptar que al vivir experiencias y momentos únicos con una persona por la que llegaste a sentir tantas cosas, era casi inevitable salir sin heridas. Pero ¿cuándo es momento de seguir adelante y pulsar el botón de reinicio que restaure la fe en el amor? Quizá cuando la cicatriz madura y no solo se trata de resignación. La vida pasa en un instante, pero no por eso debes presionarte, ¡tómalo con calma!
Si quieres dar un paso adelante en tu próxima relación, comienza por cimentarla sobre una buena estabilidad emocional, a fin de cuentas lo bueno tarda un poco más de la cuenta en llegar y seguramente disfrutarás mucho más a tu próxima conquista si te pones en primer lugar y esperas a estar bien contigo mismo. ¿Quieres saber cuáles son las cuatro señales de que te estás precipitando?
1. La sangre de tu herida aún está fresca
Si no ha pasado ni un mes desde la última vez que te rompieron el corazón, es lógico que estés buscando consuelo en los brazos de alguien más; sin embargo, ni es prudente para tu salud mental ni justo para los sentimientos de ese tercer involucrado. Recuerda: un clavo NO saca a otro clavo.
2. En este momento no confías ni en tu sombra
Estás pasando por una etapa complicada, en la que todo en tu cabeza es muy confuso; además, las inseguridades que durante tu relación pasada intentaste controlar han salido de su escondite y no te sientes digno, capaz, hábil ni inteligente para lograr nada… ¡Eso está muy mal! Tienes que trabajar en la recuperación de tu autoconfianza antes de intentar confiar en alguien más.
3. Sigues hablando de tu ex
Su sombra te acompañará todo el tiempo que tú lo permitas. ¿Crees que no es un poco molesto para tu nuevo prospecto escuchar comparaciones, referencias o chistes locales que solo tú y tu expareja comprendían? ¡Es nefastísimo! Será mejor que dejes de platicar de esa basura y te deshagas de toda clase de recuerdos materiales que evoquen su tormentosa relación. Parece un laberinto muy complejo, pero es posible salir de ahí si te lo propones.
4. ¡No te has redescubierto!
¿Tienes idea de todo lo bueno que te estás perdiendo al desgastarte con alguien más? Pasar tiempo a solas, divertirte, aprender cosas nuevas, reír a carcajadas, llorar como loco, cambiar de look, remodelar tu casa, irte de compras, ver a tus viejos amigos o conocer a personas distintas, hacer todo aquello que siempre has querido pero te sobraron excusas para postergarlo cuando salías con ya sabes quién…
¡El mundo está en tus manos ahora! Y el camino más limpio hacia el amor al prójimo comienza con el amor a uno mismo. Así que ya lo sabes, si ese nuevo prospecto realmente te quiere deberá aprender a esperarte… ¡Sana sana, colita de rana! Si no sana hoy, al menos disfruta y aprende cosas nuevas de este proceso.