Los capullos de las flores comienzan a abrirse conforme se despide el invierno, y en Japón la transformación de los cerezos, ofrece un maravilloso espectáculo natural. Esta experiencia tan solo dura dos semanas, por lo que le antecede una tradicional preparación oriental de cuerpo, mente y espíritu para recibirlos, pues en su cultura relacionan esa naturaleza transitoria con la brevedad del tiempo, el karma, lo efímero de la belleza e incluso con la muerte.
En esta ocasión, la primavera ha llegado temprano a la pequeña ciudad japonesa de Kawazu, famosa por sus más de 8 mil árboles que florecen anualmente a las afueras de Tokio. Los botones de los cerezos, conocidos como sakura, suelen abrirse a finales de marzo o principios de abril, pero esta extraña especie desarrollada en Kawazu, siempre adelanta su florecer.
Durante el día, una pequeña locomotora lleva a los turistas por un paseo que atraviesa los deliciosos aromas mientras deleitan su pupila con el color rosa de los pétalos, y durante la noche, los árboles son iluminados con reflectores para que su belleza brille las 24 horas.
Estos maravillosos paisajes resultan ser muy atractivos para los millones de visitantes enamorados que llegan en febrero a disfrutar de la romántica vista. Déjate hechizar por los cerezos con estas preciosas fotografías.