Palmira es considerada una reliquia única del siglo I a. C y una pieza maestra de la arquitectura y del urbanismo romano, por las columnas de su famosa calle principal y el templo de Baal Shamin.
Razón principal por la que los grupos islámicos del ISIS la tomaron y la destruyeron por completo.
Hace un año fueron tomadas por el Isis y desde entonces se dedicaron a saquear y destruir dichos recintos históricos, tanto por fines ‘religiosos’ como financieros.
Fue casi de inmediato a la captura de Palmira, lo que causó un temor tremendo a los historiadores quienes impacientes buscan informes de dicha destrucción.
El edificio más grande de Palmira era el templo de Bel, destruido por el Daesh en agosto pasado, y que estaba dedicado a la deidad suprema babilónica.
Palmira fue en el pasado uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda.
Tal es su riqueza monumental que se trata de uno de los seis lugares sirios incluidos en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, y también en su lista de Sitios en Peligro por el actual conflicto que azota al país.
“Estas acciones bárbaras de terror se unen a una larga lista de crímenes cometidos en los últimos cuatro años en Siria contra la población civil y el patrimonio histórico”.
-Ban Ki-moon, ONU.
Esta localidad es uno de los seis sitios sirios inscritos en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, junto a los cascos viejos de Alepo, Damasco y Bosra; el Crac de los Caballeros y las aldeas antiguas del norte del país.