Antes de ser una de la playas más hermosas del planeta, este paraíso era un basurero.
La Bahía de Ussurim en la costa oriental de Rusia, es una verdadera joya que durante mucho tiempo estuvo oculta. La naturaleza hizo el milagro de convertir los restos de botellas de vodka y cerveza arrojados por los marineros de la Unión Soviética, en millones de piedras que le dan un toque único a la playa.
El contacto con las olas del Pacífico y la nieve cerca de Vladivostok, erosionó con el paso de los años las puntas de los cristales hasta convertirlas en curvas lisas, formando piedras que se agruparon a las orillas de la playa como auténticos pedernales.
Antes era una zona sumamente peligrosa, no solo por ser un vertedero de basura sino por los cristales en la superficie, pero las autoridades se dieron cuenta de que la naturaleza había convertido en rocas lo que algún día fue vidrio, y ahora es considerado uno de los atractivos turísticos más importantes en Rusia.
Reconocida mundialmente como la playa de cristal, cuando la luz del sol le favorece, los colores la convierten en un verdadero espectáculo de radiantes reflejos de piedras preciosas.
Año con año, como si se tratara de velas encendidas, las piedras de la Bahía brillan con fuerza para recibir la llegada de cientos de turistas de todas partes del mundo que quieren conocer el enigma de la naturaleza.
Hace 50 años, la playa de cristal no era más que un depósito para los camiones de basura y marineros, pero hoy es una obra de arte cuyos artífices fueron la evolución y el tiempo.