Las fotografías son evidencia de las diferencias que sufre nuestro cuerpo con el paso de los años. Y prueba de ello estas fotografías de un padre y su hijo en la misma pose durante 28 años, muestras de la increíble transformación y crecimiento de ambos.
Con el paso de los años y en cada foto se puede notar cómo el padre comienza a envejecer y a ganar un poco de peso, mientras que el hijo crece y empieza a parecerse a su padre. Tal parece que la última fotografía podría ser el cierre de esta serie. ¡Mira por qué!