Todos hemos escuchado alguna vez la historia de los hermanos Rómulo y Remo, los fundadores de Roma que fueron amamantados por Luperca, una bestia nodriza conocida como la loba capitolina. Sin embargo, pocos han sido los registros auténticos de niños que estuvieron bajo la crianza de otros animales y las únicas referencias que tenemos son las películas infantiles en las que los pequeños conviven con una manada muy civilizada, aunque salvaje, como Tarzán o El libro de la selva. ¿Será así la tutela animal en la vida real?
El proyecto fotográfico de la artista alemana Julia Fullerton-Batten, Niños silvestres, presenta increíbles fotografías conceptuales que proponen una mirada obscura a este crecimiento infantil tan inusual y recopila 10 de las pocas historias verídicas que existen alrededor del mundo, en las que pequeños fueron encontrados y rescatados, luego de no haber establecido nunca antes contacto humano.
Perdidos, abandonados o descuidados por sus verdaderos padres, estos niños se comportaban ferozmente y desarrollaban las mismas técnicas de sobrevivencia y cacería que su familia animal.
1. Niña lobo, México 1845
Su hallazgo sucedió cuando se encontraba corriendo en cuatro patas junto al resto de una jauría, atacando un rebaño de cabras y devorándolas. Aunque fue capturada, logró escapar y en 1852 fue vista nuevamente con dos lobeznos, por lo que corrió asustada y nunca más supieron de ella.
2. Oxana Malaya, Ucrania 1991
Sus padres eran adictos y la abandonaron cuando tenía tan solo dos años de edad durante una noche fría, por lo que tuvo que buscar calor junto a unos perros y refugiarse en una choza. Las autoridades la encontraron seis años después, habiendo transcurrido el tiempo suficiente para que la pequeña caminara en cuatro patas, ladrara y se comportara como un canino.
3. Shamdeo, India 1972
A los cuatro años de edad, este niño fue descubierto jugando con cachorros de lobo. Su cabello estaba enmarañado, sus uñas eran gruesas y habían crecido curvas como garras, su piel era gruesa y muy obscura, tenía callosidades en pies y manos y sus dientes se habían afilado como los de los lobos. Cazaba otros animales pequeños, escarbaba tierra y ansiaba sangre. Una vez que lo rescataron continuó comiendo carne cruda y sin hablar con los humanos, lo bautizaron como Pascal y murió dos años después.
4. Chico pájaro, Rusia 2008
Encontraron a Prava cuando tenía 7 años viviendo con su madre de 31, en un pequeño departamento de dos cuartos. Uno de ellos estaba repleto de jaulas con pájaros y excremento y era ahí donde la madre encerraba al pequeño y lo trataba como a una mascota más. Como su madre no hablaba y la única comunicación que tenía era con las aves, se comportaba de manera muy extraña, agitando los brazos e imitando su sonido. Sigue en un centro psiquiátrico para readaptarse a la civilización.
5. Marina Chapman, Colombia 1959
La pequeña fue secuestrada a los cinco años, pero sus captores la abandonaron en la jungla, por lo que vivió junto a una familia de monos capuchinos, de los que aprendió a trepar árboles y a comer frutas para sobrevivir. Años después olvidó todo el lenguaje que conocía y se comportaba como un simio, unos cazadores la descubrieron y la rescataron. Sin embargo, aprovechándose de su vulnerabilidad, la vendieron a un burdel, hasta que un hombre la llevó a Bogotá para salvarla de su esclavitud sexual. Ahí conoció a una familia que la adoptó y le ayudó a adaptarse de nuevo a la civilización. Ahora está casada y tiene hijas, una de las cuales le ayudó a escribir su libro autobiográfico The Girl with No Name.
6. Madina, Russia 2013
Madina vivió con perros desde que nació. En el 2013 los trabajadores sociales la hallaron desnuda, gruñendo y caminando en cuatro patas. Su padre la abandonó recién nacida y su madre era una alcohólica, no se hacía cargo de ella. Los perros y la niña sobrevivían con huesos y restos de pollo que sobraban en las fiestas que organizaba la mujer. Los canes eran sus únicos amigos y a pesar de su trágico pasado, los terapeutas tienen esperanzas en su recuperación.
7. Niño Gallina, Fiyi 1978
Desde su nacimiento, los padres de este niño notaron un comportamiento disfuncional, por lo que decidieron colocarlo en un gallinero para que no los avergonzara. Tiempo después la madre se suicidó y el padre fue asesinado, quedando bajo el cuidado de su abuelo. Sin embargo, él también lo dejó en ese lugar y cuando cumplió ocho años logró escapar hacia una carretera, donde fue encontrado corriendo de forma muy extraña, gritando e imitando a los pollos. Su agresividad era tal, que tuvo que pasar 20 años atado a una cama, ahora está recuperándose.
8. Chico mono, Uganda 1991
Luego de presenciar el asesinato a su madre, John Ssebunya huyó de casa a los tres años, adentrándose en la selva para encontrarse con una manada de simios. Tiempo después lo encontraron y lo llevaron a un orfanato, donde descubrieron que le había salido pelo en todo el cuerpo y que tenía muchos parásitos. Ahí aprendió a comportarse como humano, a comunicarse, a vivir en sociedad y a cantar. Hoy forma parte de un importante coro africano que hace giras alrededor del mundo.
9. Chica salvaje de Champagne, Francia 1731
Caminó sola en los bosques de Francia durante más de una década, luchando contra los animales salvajes y cazando ranas o pájaros con piedras y palos. Cuando la capturaron a la edad de 19 años, no sabía hablar y le habían salido garras, pero la reina de Polonia se la llevó para que practicara la caza de conejos por su habilidad y rapidez. Gracias a varios amigos de la reina, aprendió a hablar francés y se convirtió en una mujer muy rica.
10. Víctor, el niño salvaje de Aveyron 1797
Probablemente una de las historias de niños salvajes más antiguas y con mayor registro de pruebas y testimonios fue la de Víctor. Lo encontraron en los bosques de Caune, muy próximo a los Pirineos y luego de varias capturas fallidas, los científicos finalmente lo localizaron y comenzaron a hacerle ciertas pruebas. Jean Marc Gaspard Itard ideó un nuevo tratamiento para mejorar el estado mental de Víctor y dejarle una herencia a la ciencia para futuros casos similares, pero desafortunadamente no dio resultado; Víctor seguía siendo muy violento y no pudieron enseñarle a hablar, por lo que lo llevaron a una institución parisina de salud mental en donde murió a los 40 años de edad.