Steven Burton es un fotógrafo profesional que llevó a cabo un experimento social llamado Skin Deep: Mirando más allá de los tatuajes, que consistió en fotografiar a expandilleros y después quitarles todos los tatuajes que tuvieran mediante edición digital de las fotos y ver qué opinión tenían de sí mismos.
“Una de las personas más tatuadas era Marcus. Él se echó a reír cuando vio la edición. Después se quedó en silencio y sus ojos se llenaron de lágrimas. Fue entonces cuando me di cuenta de la profundidad de su historia”, cuenta Steven.
Cada tatuaje simboliza alguna parte importante de sus vidas: una persona, un momento, su identidad de pertenencia, sus raíces… pero también representa, en ocasiones, trazos de sus vidas de los que quieren deshacerse, no recordarlos o, sencillamente, borrarlos.
La mayoría de las personas que participaron en el experimento no se habían visto sin tatuajes desde hacía décadas, unos ya ni siquiera recordaban cómo lucía su piel. Por ello, en muchos casos la
respuesta al mirar las fotos fue sumamente emocional.