La maizena o fécula de maíz, no solo es uno de los ingredientes elementales para la preparación de algunos alimentos, te sorprendería conocer el sinfín de usos no culinarios de esta multifacética harina. Sus beneficios son incalculables, pero a continuación te presentamos nueve asombrosas aplicaciones para que pongas en práctica la eficacia de la misma.
1. Borra las manchas en tapicerías y alfombras
Si has derramado grasa, vino o algún líquido sobre tu alfombra favorita, o si la suciedad y el tiempo hacen que la tapicería de tus sillones luzca descuidada, solo tienes que elaborar una pasta con 4 cucharadas de maicena y 1/4 de taza de leche. Coloca la mezcla sobre la tela que deseas limpiar y deja que actúe poco más de 10 horas antes de que la limpies y aspires. Remover este tipo de manchas nunca había sido tan sencillo, los resultados te sorprenderán.
2. Zapatos menos apestosos
Hay calzado que absorbe sudor y mal olor, aunque no tengas ningún tipo de problema con hongos. Para ello te recomendamos la maicena, que actúa como un talco desodorante natural. Puedes espolvorear un poco sobre tus plantillas y dejar que por las noches las bacterias se adhieran a ella. Al día siguiente solo aspira tus zapatos y estarán listos para usarse.
3. Vidrios casi invisibles
Los líquidos limpiavidrios son muy caros, y no siempre te dan los resultados que tanto prometen. En lugar de gastar, mezcla dos cucharaditas de maicena, el jugo de medio limón, media taza de vinagre y una de agua. Luego de limpiar con un trapo húmedo, deberás fijarte muy bien por dónde caminas, no vaya a ser que te estampes contra una puerta o ventana de cristal casi invisible.
4. Para las arrugas rebeldes
Hay arrugas en la ropa que por más que des varias pasadas y te arriesgues aumentando la temperatura de la plancha, no se deshacen. ¡No quemes tu ropa! Mejor rocía con un atomizador el líquido mágico que resolverá este dilema: solo debes mezclar media cucharadita de maicena por cada litro de agua que prepares.
5. Plata reluciente
Limpiar los cubiertos o incluso accesorios de plata, es una tarea difícil pues el bicarbonato puede llegar a dañar las piezas con el tiempo. Pero la maicena es mucho más gentil con tus objetos de plata, tienes que hacer una pasta con 4 cucharaditas y 1/4 de taza de agua. Luego de frotarlos con la mezcla y limpiar el exceso con un trapo húmedo, relucirán como nuevos.
6. Muebles más brillantes
La maicena no solo da brillo a la plata, sino que también lo hace con madera y otras superficies. Lo único que tienes que hacer es vertir una cucharadita de esta harina en una taza de agua y limpiar tus muebles con un trapo humedecido. Luego repites el procedimiento las veces que sean necesarias, y finalmente retiras el exceso con un trapo seco.
7. Libros sin humedad
¿Alguna vez has olido el aroma de un libro viejo? A mucha gente le parece fascinante, pero lo cierto es que el moho puede dañar las hojas y hacer que el pegamento de las hojas se vaya secando. Si quieres evitar que tus libros se dañen por la humedad, espolvorea un poco de maicena entre sus hojas. ¡Larga vida a tus libros!
8. Piel hidratada y sin grasa
En ocasiones resulta complicado entender lo que queremos con nuestra piel. Necesitamos de algo que mantenga su hidratación natural, pero que absorba toda la grasa que se acumula, especialmente en la zona T. Para auxiliarnos con este dilema, llegó la maicena con su mascarilla milagrosa para una piel tersa y limpia. Lo único que debes hacer es una pasta con dos cucharadas de maicena y medio vaso de agua y mezclarlo con tu crema facial de preferencia. Déjalo por 20 minutos y enjuaga con abundante agua.
9. Nudos fáciles de desatar
Aún no nos explicamos las facultades que tiene la maicena para ayudarnos en tantas cosas que jamás hubieramos imaginado, pero esto de los nudos, definitivamente se vuela la barda. Si los cordones de tus zapatos deportivos están demasiado apretados, o si hay una cuerda con nudo marino que necesitas desatar, solo espolvorea maicena y deja que su misteriosa magia haga lo suyo.